American motorhome?
Los defectos y las virtudes de un vehículo que por sus dimensiones y capacidades tiene tanto detractores como auténticos fans.
Un american motorhome es un vehículo grande, muy grande. Es ancho, alto, pesado. Requiere de que su conductor disponga de del carnet C1/C, que le habilita a conducir vehículos de más de 7500Kg de peso. No pasa por cualquier calle, tanto por limitaciones específicas de los ayuntamientos como por sus medidas físicas. Hay carreteras en las que no es posible circular con vehículos de determinadas longitudes, o pesos. En definitiva, no son la panacea universal.

American motorhome
Un motorhome es un vehículo complejo, que cuenta con cientos de equipos diferentes: eléctricos, hidráulicos, neumáticos, que usan kilómetros de cables, con varios voltajes al mismo tiempo. Estos vehículos usan decenas de metros de gomas de sellado, con kilos de siliconas y selladoras aplicadas sobre ellos.
Son vehículos que requieren de mantenimiento periódico, y en la Europa continental (dejemos aparte al Reino Unido) no hay talleres especializados en mantenimiento integral de un motorhome, por lo que el dueño debe ser muy autosuficiente, o al menos debe disponer de los conocimientos básicos para saber guiar a un técnico por los entresijos de su vehículo.
Los motorhomes no son vehículos utilitarios, y por tanto consumen combustible… y mucho, o más bien muchísimo. Sobre todo si lo miramos desde la perspectiva de las autocaravanas europeas. Y no sólo consumen mucho combustible, también lo hacen de gas propano licuado, de electricidad, de agua… de todo aquello en lo que queramos pensar.
Hay solo una minoría de campings en Europa preparados para recibir un motorhome americano en sus instalaciones. Los campings europeos, de forma general, no disponen de instalaciones eléctricas suficientes para las necesidades de un motorhome americano. No disponen de desagües en la propia parcela, y en muchos casos, ni siquiera hay toma de agua potable, o cuando la hay la presión dista mucho de ser adecuada.
Los motorhomes americanos se sitúan en las antípodas de aquellos que entienden que el camping, o la acampada, son actividades para disfrutarlas con el mínimo imprescindible. Con amigos o familia, sentados alrededor de una fogata, a los que espera una tienda de campaña como única protección de la intemperie. Tiendas habitualmente más pequeñas de lo necesario, húmedas cuando llueve, pero también imposibles en verano con un sol de justicia, lo que no deja de formar parte de la diversión !
No son pequeñas furgonetas acondicionadas para dormir en ellas. No pueden aparcar en el centro de la ciudad, justo al lado de las zonas más concurridas, o bajar por un camino de piedras hasta esa cala idílica. Tampoco son esas autocaravanas europeas en las que la cocina no cuenta ni con 20cm cuadrados de superficie de trabajo, en las que el aseo sólo puede calificarse de ‘retrete’. En las hay que comer sentados, en un banco corrido. O dormir en una colchoneta a metro y medio del suelo en el mejor de los casos.